26 de noviembre de 2013
16 de abril de 2013
3 de marzo de 2013
"El jardín olvidado" kate Morton
INTRODUCCIÓN
Hace unas horas que he terminado de leer y aún sigo conteniendo la respiración. Sabía que tenía que hacer una reseña en mi blog pero al buscar por internet encontré el blog de "El Mundo De Fawn" donde ofrece una visión del libro espectacular, plasmando exactamente lo que quería yo expresar, así que con su permiso os dejo sus notas.
"El jardín olvidado" de Kate Morton
Título: "El jardín olvidado"
Autora: Kate Morton
Editorial: Círculo de lectores
Número de páginas: 550
Género: misterio, drama, historia de época
Sinopsis: Inglaterra, 1913. Todo
comienza con una niña en un barco y una mujer misteriosa que la esconde
en un rincón y le pide que no se mueva hasta que venga a buscarla.
Pasan las horas y la mujer no llega. El barco zarpa llevando a bordo a
una niña sola y asustada, primorosamente vestida y con un cuento de
hadas en la maleta... Muchos años más tarde, Cassandra, una joven
australiana, hereda de su abuela una propiedad al otro lado del mundo:
una cabaña abandonada y en ruinas en la ventosa costa de Cornualles.
¿Por qué habrá comprado su abuela una casa en un lugar tan lejano y
solitario? ¿Qué espera que su nieta vaya a buscar allí? Cassandra
emprende un largo viaje que la llevará a un pasado sombrío en una
elegante mansión, a un jardín tapiado y olvidado donde ha crecido la
maleza, a unos maravillosos cuentos de hadas que relatan una historia de
madres e hijas, de tesoros, maldiciones y secretos...
Opinión personal:
una compañera del curso de auxiliar que estuve haciendo, me dijo al
enseñarle mi blog (y ver mis gustos y preferencias) que me gustarían
mucho las novelas de Kate Morton y
me dejó una para ver que me parecía. Lo cierto es que para comenzar y
creo que eso ya dice mucho, me he enamorado completamente de "El jardín olvidado",
cuya historia desde que cayó en mis manos, me fue muy difícil abandonar
hasta que la terminé. Para empezar, cuenta con varios alicientes que
tenían gran posibilidad de hacer que me acabara enamorando de esta
historia: mujeres como protagonistas, historias de épocas contadas en
flashbacks combinadas con el presente, misterio, drama y... cuentos de
hadas! Y sólo puedo deciros que es un libro realmente precioso y
mágico:
La
parte de los cuentos de hadas, y la manera en que la escritora los
enlaza con la trama que nos relata, me resultó verdaderamente
fascinante, además de poder disfrutar de varios de ellos completos (son
realmente preciosos, inspirados en los cuentos clásicos pero narrados de
forma exquisita). También hay claros homenajes en el desarrollo de la
historia a los cuentos de toda la vida en varios hechos que se producen
y hay que ver lo que disfruté con uno en concreto que sucede al final
del libro... Se nota que Kate ama los cuentos y la forma en que hace de
esta novela un homenaje a éstos, simplemente me fascinó. Eso junto a
los secretos que forman parte de la vida de Nell y su pasado, un
auténtico laberinto de interrogantes que hasta el final mismo de la
novela te mantienen en vilo, casi desde la primera página de la novela,
ha convertido este libro en uno de mis favoritos. Además,
la historia está muy bien narrada, de fácil lectura, no deja cabos
sueltos, nos aporta gran cantidad de detalles y aunque puede parecer
pesada dado su grosor, se lee de forma amena ya que el misterio va
creciendo según avanza la trama y te atrapa irremediablemente por el
deseo de saber qué sucederá a continuación.
Las protagonistas principales son tres: Eliza, cuya historia se centra a principios del siglo XX, Nell que vive a lo largo del siglo XX, y su nieta Cassandra, protagonista en el siglo XXI. El personaje de Eliza, la escritora de cuentos, y su parte
en la novela fue la que más me gustó y me llegó al corazón, cuya forma
de ver la vida le lleva a crear cuentos tanto de hadas como de miedo
(imaginaos, como no me gustan a mí los cuentos ni nada...). Los
personajes en líneas generales, están muy bien desarrollados, quizás
queden en un segundo plano los masculinos, una pena porque me habría
gustado saber más sobre Nathaniel, ya que era un personaje con un
gran potencial que la autora podía haber desarrollado más. Es el "pero"
que le he encontrado a esta historia junto con un final algo predecible
(aunque fuera predecible, llegó a emocionarme en su último capítulo),
pero por lo demás, os aseguro que estoy encandilada con ella y no
tardaré en leer más novelas de Kate Morton.
Cuando terminé de leer el libro, tuve la necesidad de volver a leer uno de los cuentos que nos relata Eliza, ya que es el desenlace perfecto de la historia, y quienes la hayan leído sabrán a cual me refiero.
Cuando terminé de leer el libro, tuve la necesidad de volver a leer uno de los cuentos que nos relata Eliza, ya que es el desenlace perfecto de la historia, y quienes la hayan leído sabrán a cual me refiero.
Así que queda muy claro que no puedo
hacer más que recomendaros "El jardín olvidado", (cuya trama me ha hecho
disfrutar como hacía mucho que no disfrutaba de forma tan intensa con
una novela) a quienes os gustan las historias de época, las tramas con
mujeres como protagonistas, el misterio, el toque gótico y victoriano, y
como no, los cuentos de hadas. Os dejo con algunas de las frases que
marcan al leer esta historia tan bella, intensa y a la vez melancólica:
“Hay tantas cosas en la vida que cambian con el tiempo.”
“La memoria era así de caprichosa respecto a qué cosas se recordaban y cuáles no.”
“Se
había visto acosada por extraños sueños, de esos que persisten al
despertar pero que se escabullen de la memoria cuando intentas
atraparlos.”
“Había
tantos mundos esperando más allá del horizonte... África, India,
Arabia, las Antípodas, y en lugares tan lejanos descubriría nuevas
historias, cuentos mágicos de tiempos pasados.”
“Qué delicia era tener un lugar propio, todo un jardín en el cual poder Ser.”
“La vida sería mucho más sencilla si fuera como un cuento de hadas.”
“Necesitas de los recuerdos para mantener vivas las cosas del pasado.”
“Era extraño el poder de un pequeño bebé para devolver la vida a un lugar.”
7 de febrero de 2013
15 de enero de 2013
¡Oferta! Muñeca Tarta de fresa 1979 ¡¡VENDIDA!!
¡¡VENDIDA!!
Strawberry Shortcake es un popular personaje infantil de origen estadounidense, dirigido especialmente a las niñas. Es conocida en México y Perú como Rosita Fresita, en Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile como Frutillita, en Venezuela,en Colombia como Fresita, en España como Tarta de Fresa.
Originalmente era el personaje de una tarjeta postal creada por la empresa American Greetings, la cual alcanzó tanta popularidad que acabó convirtiéndose en muñeca y, más tarde, en personaje de dibujos animados.
La muñeca consiste en una niña cuyo pelo es de color rojo fresa y ha sido perfumada para oler como fresas. Esto también incluye una línea de juguetes de los amigos y mascotas del personaje. Lleva un gorro con una fresa en su tope.
Este personaje ha sido muy popular entre niñas pequeñas y ahora para coleccionistas. Las muñecas fueron producidas por primera vez en 1979 y posteriormente relanzada en 1991 y 2002.
La historia de Tarta de Fresa
El diseño original de Strawberry Shortcake y de su mascota Custard fue hecha en 1977 por Muriel Fahrion durante el tiempo en que fue ilustradora de postales en el departamento de postales juveniles y de humor en American Greetings. Después de que la idea fuera presentada a Bernard Loomis|Bernie Loomis de General Mills (posteriormente renombrada como Kenner) y se convirtiera en una entidad licenciadora, Fahrion diseñó los siguientes treinta y dos personajes para Those Characters From Cleveland (la división juguetera y de licencias de American Greetings).
Cindy Moyer Patton y Janet Jones diseñaron otros personajes de la línea clásica de Strawberry Shortcake. Lyn Edwards fue la editora de la línea y junto con el grupo de creativos, desarrolló los perfiles de los personajes y la línea argumental y la filosofía. La primera muñeca fue una muñeca de trapo dirigida por Muriel Fahrion y creada por Susan Trentel, la hermana de Fahrion.
La línea de los inicios de los años ochenta consistía en una serie de muñecas con nombres y temáticas de postres frutales y pelo coloreado y con esencias a juego. Asimismo, cada muñeca venía con una mascota.
Los personajes vivían y jugaban en un mundo mágico conocido como Fresilandia.
En Fresilandia crecían las frutas más grandes y jugosas durante todo el año. Los niños de Fresilandia eran muy felices y se ayudaban unos a otros. De todas formas, había un villano, el Pastelero Púrpura, Pastelero Bigotón o el Señor Panadero (The Peculiar Purple Pieman of Porcupine Peak), que piensa que la mejor manera de obtener fresas es robárselas a Strawberry Shortcake. Y una villana Vinagreta o Uva Agria (Sour Grapes) quien odia todo lo que sea bueno y gozoso.
El frenesí por Strawberry Shortcake en los años ochenta llevó a la producción de miles de productos, incluyendo muñecas, videojuegos, álbumes de cromos, ropa, etc. Varios vídeos fueron hechos protagonizados por Tarta de Fresa y sus amigos al igual que un programa de televisión en Chile donde los personajes eran personificados por actores.
Madre Nieve (Cuento de los hermanos Grimm)
Cierta viuda tenía dos
hijas, una de ellas hermosa y diligente; la otra, fea y perezosa. Sin
embargo, quería mucho más a esta segunda, porque era verdadera hija
suya, y cargaba a la otra todas las faenas del hogar, haciendo de ella
la cenicienta de la casa. La pobre muchacha tenía que sentarse todos los
días junto a un pozo, al borde de la carretera, y estarse hilando hasta
que le sangraban los dedos. Tan manchado de sangre se le puso un día el
huso, que la muchacha quiso lavarlo en el pozo, y he aquí que se le
escapó de la mano y le cayó al fondo. Llorando, se fue a contar lo
ocurrido a su madrastra, y ésta, que era muy dura de corazón, la riñó
ásperamente y le dijo: "¡Puesto que has dejado caer el huso al pozo,
irás a sacarlo!" Volvió la muchacha al pozo, sin saber qué hacer, y, en
su angustia, se arrojó al agua en busca del huso. Perdió el sentido, y
al despertarse y volver en sí, encontróse en un bellísimo prado bañado
de sol y cubierto de millares de florecillas. Caminando por él, llegó a
un horno lleno de pan, el cual le gritó: "¡Sácame de aquí! ¡Sácame de
aquí, que me quemo! Ya estoy bastante cocido." Acercóse ella, y, con la
pala, fue sacando las hogazas. Prosiguiendo su camino, vio un manzano
cargado de manzanas, que le gritó, a su vez: "¡Sacúdeme, sacúdeme! Todas
las manzanas estamos ya maduras." Sacudiendo ella el árbol, comenzó a
caer una lluvia de manzanas, hasta no quedar ninguna, y después que las
hubo reunido en un montón, siguió adelante. Finalmente, llegó a una
casita, a una de cuyas ventanas estaba asomada una vieja; pero como
tenía los dientes muy grandes, la niña echó a correr, asustada. La vieja
la llamó: "¿De qué tienes miedo, hijita? Quédate conmigo. Si quieres
cuidar de mi casa, lo pasarás muy bien. Sólo tienes que poner cuidado en
sacudir bien mi cama para que vuelen las plumas, pues entonces nieva en
la Tierra. Yo soy la Madre Nieve." Al oír a la vieja hablarle en tono
tan cariñoso, la muchacha cobró ánimos, y, aceptando el ofrecimiento,
entró a su servicio. Hacía todas las cosas a plena satisfacción de su
ama, sacudiéndole vigorosamente la cama, de modo que las plumas volaban
cual copos de nieve. En recompensa, disfrutaba de buena vida, no tenía
que escuchar ni una palabra dura, y todos los días comía cocido y asado.
Cuando ya llevaba una temporada en casa de Madre Nieve, entróle una
extraña tristeza, que ni ella misma sabía explicarse, hasta que, al fin,
se dio cuenta de que era nostalgia de su tierra. Aunque estuviera allí
mil veces mejor que en su casa, añoraba a los suyos, y, así, un día dijo
a su ama: "Siento nostalgia de casa, y aunque estoy muy bien aquí, no
me siento con fuerzas para continuar; tengo que volverme a los míos."
Respondió Madre Nieve: "Me place que sientas deseos de regresar a tu
casa, y, puesto que me has servido tan fielmente, yo misma te
acompañaré." Y, tomándola de la mano, la condujo hasta un gran portal.
El portal estaba abierto, y, en el momento de traspasarlo la muchacha,
cayóle encima una copiosísima lluvia de oro; y el oro se le quedó
adherido a los vestidos, por lo que todo su cuerpo estaba cubierto del
precioso metal. "Esto es para ti, en premio de la diligencia con que me
has servido," díjole Madre Nieve, al tiempo que le devolvía el huso que
le había caído al pozo. Cerróse entonces el portal, y la doncella se
encontró de nuevo en el mundo, no lejos de la casa de su madre. Y cuando
llegó al patio, el gallo, que estaba encaramado en el pretil del pozo,
gritó:
Contóles la muchacha todo lo que le había ocurrido, y al enterarse la madrastra de cómo había adquirido tanta riqueza, quiso procurar la misma fortuna a su hija, la fea y perezosa. Mandóla, pues, a hilar junto al pozo, y para que el huso se manchase de sangre, la hizo que se pinchase en un dedo y pusiera la mano en un espino. Luego arrojó el huso al pozo, y a continuación saltó ella. Llegó, como su hermanastra, al delicioso prado, y echó a andar por el mismo sendero. Al pasar junto al horno, volvió el pan a exclamar: "¡Sácame de aquí! ¡Sácame de aquí, que me quemo! Ya estoy bastante cocido." Pero le replicó la holgazana: "¿Crees que tengo ganas de ensuciarme?" y pasó de largo. No tardó en encontrar el manzano, el cual le gritó: "¡Sacúdeme, sacúdeme! Todas las manzanas estamos ya maduras." Replicóle ella: "¡Me guardaré muy bien! ¿Y si me cayese una en la cabeza?" y siguió adelante. Al llegar frente a la casa de Madre Nieve, no se asustó de sus dientes porque ya tenía noticia de ellos, y se quedó a su servicio. El primer día se dominó y trabajó con aplicación, obedeciendo puntualmente a su ama, pues pensaba en el oro que iba a regalarle. Pero al segundo día empezó ya a haraganear; el tercero se hizo la remolona al levantarse por la mañana, y así, cada día peor. Tampoco hacía la cama según las indicaciones de Madre Nieve, ni la sacudía de manera que volasen las plumas. Al fin, la señora se cansó y la despidió, con gran satisfacción de la holgazana, pues creía llegada la hora de la lluvia de oro. Madre Nieve la condujo también al portal; pero en vez de oro vertieron sobre ella un gran caldero de pez. "Esto es el pago de tus servicios," le dijo su ama, cerrando el portal. Y así se presentó la perezosa en su casa, con todo el cuerpo cubierto de pez, y el gallo del pozo, al verla, se puso a gritar:
La pez le quedó adherida, y en todo el resto de su vida no se la pudo quitar del cuerpo.
"¡Quiquiriquí,Entró la muchacha, y tanto su madrastra como la hija de ésta la recibieron muy bien al ver que venía cubierta de oro.
nuestra doncella de oro vuelve a estar aquí!"
Contóles la muchacha todo lo que le había ocurrido, y al enterarse la madrastra de cómo había adquirido tanta riqueza, quiso procurar la misma fortuna a su hija, la fea y perezosa. Mandóla, pues, a hilar junto al pozo, y para que el huso se manchase de sangre, la hizo que se pinchase en un dedo y pusiera la mano en un espino. Luego arrojó el huso al pozo, y a continuación saltó ella. Llegó, como su hermanastra, al delicioso prado, y echó a andar por el mismo sendero. Al pasar junto al horno, volvió el pan a exclamar: "¡Sácame de aquí! ¡Sácame de aquí, que me quemo! Ya estoy bastante cocido." Pero le replicó la holgazana: "¿Crees que tengo ganas de ensuciarme?" y pasó de largo. No tardó en encontrar el manzano, el cual le gritó: "¡Sacúdeme, sacúdeme! Todas las manzanas estamos ya maduras." Replicóle ella: "¡Me guardaré muy bien! ¿Y si me cayese una en la cabeza?" y siguió adelante. Al llegar frente a la casa de Madre Nieve, no se asustó de sus dientes porque ya tenía noticia de ellos, y se quedó a su servicio. El primer día se dominó y trabajó con aplicación, obedeciendo puntualmente a su ama, pues pensaba en el oro que iba a regalarle. Pero al segundo día empezó ya a haraganear; el tercero se hizo la remolona al levantarse por la mañana, y así, cada día peor. Tampoco hacía la cama según las indicaciones de Madre Nieve, ni la sacudía de manera que volasen las plumas. Al fin, la señora se cansó y la despidió, con gran satisfacción de la holgazana, pues creía llegada la hora de la lluvia de oro. Madre Nieve la condujo también al portal; pero en vez de oro vertieron sobre ella un gran caldero de pez. "Esto es el pago de tus servicios," le dijo su ama, cerrando el portal. Y así se presentó la perezosa en su casa, con todo el cuerpo cubierto de pez, y el gallo del pozo, al verla, se puso a gritar:
"¡Quiquiriquí,
nuestra sucia doncella vuelve a estar aquí!"
La pez le quedó adherida, y en todo el resto de su vida no se la pudo quitar del cuerpo.
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