- See more at: http://fondosblogelvirads.blogspot.com.es/p/el-codigo.html#sthash.GdbcYNRh.dpuf

Sólo por hoy

Sólo por esta mañana, voy a sonreír cuando vea tu rostro
y a reír cuando tenga ganas de llorar.
Sólo por esta mañana, voy a dejarte escoger la ropa que te vas a poner,
voy a sonreír y a decirte que te queda perfecta.
Sólo por hoy, pediré un día de descanso, o vacaciones,
para llevarte al parque a jugar.
Sólo por hoy, al mediodía, voy a dejar los platos en la cocina
y voy a dejarte que me enseñes cómo armar ese rompecabezas juntos.
Sólo por hoy, esta tarde, voy a desconectar el teléfono y a apagar el ordenador,
para sentarme junto a ti en el jardín para hacer pompas de jabón.
Sólo por esta tarde, no voy a regañarte ni siquiera a murmurar,
cuando tu grites y llores cuando pasemos por la tienda de chuches
y voy a entrar contigo a comprarte una.
Sólo por esta tarde, no voy a preocuparme sobre qué va a ser de ti cuando crezcas
y voy a pensar otra vez en todas las decisiones que haya hecho acerca de ti.
Sólo por esta tarde, te dejaré que me ayudes a hornear unas galletas
y no voy a estar detrás de ti tratando de arreglarlas.
Sólo por esta tarde, te estrecharé en mis brazos
y te contaré una historia acerca de cuando tu naciste
y sobre lo mucho que te quiero.
Sólo por esta noche, te dejaré salpicar en la bañera
y no me voy a enfadar.
Sólo por esta noche, te dejaré despierto hasta tarde,
mientras nos sentamos en el balcón a contar las estrellas.
Sólo por esta noche, estaré junto a ti por horas
y extrañaré mis programas favoritos de TV.
Sólo por esta noche, cuando pase mis dedos entre tu cabello mientras duermes,
simplemente daré gracias por el mayor regalo que he recibido.
Y cuando te dé un beso de buenas noches te voy a estrechar un poco más fuerte, un poco más tiempo.
Creo que a veces las mamás y papás estamos demasiado absorbidos en nuestras rutinas diarias
que olvidamos el hermoso regalo que los niños SON REALMENTE.

No podemos saber si habrá un día más...



20 de noviembre de 2011

La piedrecilla que lloraba

Un día un caminante andaba perdido por el campo, estaba muy preocupado porque era muy tarde y no recordaba por donde era su casa, entonces escuchó que alguien sollozaba y sollozaba, - ¿de dónde vendrá aquel llanto? – se preguntaba y entonces, fijó su mirada hacia abajo.

Caminante: ah, eras Tú piedrecilla, dime ¿Por qué lloras?
Piedrecilla: porque nadie me quiere y todos me ignoran.
Caminante: por qué dices esas cosas tan feas piedrecilla.
Piedrecilla: porque dicen que soy muy duro y frio, amorfo o sin forma, que ando haciendo caer a las personas, y que además…y que además no tengo sentimientos y que soy indiferente con los demás.
Caminante: pero piedrecilla no tienes por qué estar triste por eso que dicen los demás, ¿acaso no te quieres?
Piedrecilla: si me quiero pero..pero ellos dicen eso y me duele mucho.
Caminante: mira piedrecilla si dices que te duele es que si tienes sentimientos, es una gran virtud.
Piedrecilla: ¿una virtud?
Caminante: es cuando uno posee una gran cualidad y autoestima y tú tienes muchas piedrecilla.
Piedrecilla: ¿Cómo cuales? Podrías decírmelo por favor.
Caminante: si eres duro es porque eres muy fuerte y resistente.

Piedrecilla: si verdad, no me había dado cuenta, cuéntame mas caminante por favor, por favor.
Caminante: está bien pero con calma. Si eres frio es porque el calor mas fuerte no te puede derretir, si eres amorfo es que eres diferente a los demás, si haces caer a las personas es que eso le ayuda a levantarse con mas animo y no eres para nada indiferente sino no te hubiese importado lo que digan los demás.
Piedrecilla: ¿Por qué?
Caminante: porque el indiferente es aquella persona que no presta atención a los pensamientos y sentimientos de los demás y porque he escuchado Tu has prestado atención a los pensamientos y sentimientos de aquellas personas.
Piedrecilla: ¡si es verdad! Entonces si tengo muchas virtudes y mucha autoestima. Gracias caminante ya no voy a llorar mas, me has ayudado mucho te lo agradezco.
Entonces la piedrecilla dejo de sollozar, pero antes de dejar al caminante y hizo un último favor, se le puso en su camino y el Caminante tropezó y en ese instante como por arte de magia el caminante dijo: “ah, ya me acorde por donde era mi hogar, si no me hubiese tropezado tal vez no me acordaría, gracias piedrecilla”
Y así fue como termino todo, la piedrecilla contenta y el Caminante en su hogar.